martes, 27 de noviembre de 2012
Mundo Sommeliers: El Vino huele como la misma naturaleza
Mundo Sommeliers: El Vino huele como la misma naturaleza: Reportaje a la Sommelier Marcela Rienzo Una Amiga de la casa Importante: Debido al tamaño de la imagen para leerla se recumienda ha...
viernes, 23 de noviembre de 2012
Excelentes puntajes para Trivento Golden Reserve
La prestigiosa revista del crítico Robert
Parker, The Wine Advocate, publicó un detallado reporte sobre
Argentina en su edición de octubre. Neal Martin, periodista especializado
en calificar los vinos de la región, destacó con elevados puntajes los
ejemplares tintos de la línea Trivento Golden Reserve.
Trivento Golden Reserve Malbec 2008 recibió 94 puntos,
el mayor puntaje para un Malbec en el atractivo segmento de precio entre US$ 20
a 40. Los 94 puntos se sustentan en la valoración del periodista sobre el vino
“…Impactante de principio a fin… Magnífico!”. En su descripción añadió “…es
intenso en la nariz con inquietante mora, hojas de frambuesa y hierbas de
provenzal unidas por un penetrante aroma de mermelada, todos ellos se abren con
la aireación. Al paladar es voluptuoso con suculenta cereza roja, frutilla y
naranja sanguina”.
Por su parte, Trivento Golden Reserve Syrah 2010 obtuvo
93 puntos, el mejor puntaje para esta variedad en el completo reporte de vinos
argentinos. Fue catalogado por Martin como “…un majestuoso Syrah argentino”, y
al ampliar sus notas sobre el vino escribió “…posee un atractivo bouquet a
mora, crema de casis, lavanda y minerales que lo hacen irresistible. Al paladar
es medianamente estructurado con taninos suaves y maduros que acarician la boca
y construyen un lujurioso final de arándano, casis y aceitunas negras, el cual
podría haber sido abrumador u ostentoso y sin embargo es refinado y elegante”.
Cuando los primeros viticultores arribaron a Luján de Cuyo
desde el viejo mundo, crearon jardines para comprender cómo se adaptarían sus
variedades a estos suelos y al árido clima. Gracias a estos verdaderos
“jardines de variedades” observaron que las plantas de Malbec fueron las que
mejor se expresaron. Un siglo más tarde en Tupungato, imitamos esos pasos y
diseñamos un jardín de variedades con similares objetivos. Syrah,
variedad tinta de madurez temprana, se distingue por sobre el resto dando vinos
con el carácter de este terruño salvaje.
Trivento Golden Reserve, legado de tradiciones transmitidas
de generación en generación, es un embajador de los vinos de Argentina con
presencia en los cinco continentes. Germán Di Cesare, enólogo de los vinos
de alta gama, sostiene que “estas excepcionales puntuaciones son inspiradoras y
reafirman nuestro compromiso con la elaboración de vinos genuinamente
argentinos”.
Fuente: Bodega Trivento
jueves, 22 de noviembre de 2012
Afirman que las mujeres tienen mejor paladar que los hombres para el vino
En la Argentina son cada vez más las que egresan de escuelas
de sommeliers y trabajan en bodegas.
POR MARIANA GARCÍA . Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Afirman-mujeres-
mejor-paladar-hombres_0_815318541.html
“Uvita,
Uvita ... ta ... tata ... ta”, cantaba Susana Traverso cuando el televisor se
veía en blanco y negro.
La mujer, entonces, se ocupaba de comprar el vino para
la casa y con las amigas, como mucho un licorcito.
Los años trajeron color,
control remoto y una botella de buen tinto en la mesa de las chicas que un buen
día empezaron a reclamarle al mozo su derecho a la carta de vinos.
Y fueron por
más: hoy están dispuestas a arrebatarle a los hombres el título de conocedores
exclusivos de cepas y bodegas.
El concurso Mejor Sommelier
de la Argentina lleva cinco ediciones.
Las ganadoras siempre fueron mujeres e
incluso, la última, Agustina de Alba, se llevó el título en dos oportunidades.
De las tres escuelas de
sommeliers que existen en Buenos Aires, dos están dirigidas por mujeres y en la
Escuela Argentina de Sommeliers –creada por Marina Beltrame, una pionera en
cuestión de copas– la mitad de las egresadas son mujeres.
“Hoy las mujeres están
metidas en el negocio del vino. Hay más oferta de vinos con nombre de mujer
porque están hechos por mujeres”, asegura Ana María Rodríguez Compta, del
Centro de Enólogos de Buenos Aires.
Y señala que la mayor participación
femenina en el negocio del vino tiene explicación: “No es casualidad, hay
cierta sensibilidad que fuimos desarrollando, pero además, la mujer es más
atrevida, no tiene prejuicios.
En un restaurante a un hombre le da vergüenza
devolver una botella porque no le gustó el corcho.
A la mujer no, y además,
sino la termina, pide que se la tapen y se la lleva”.
El sommelier Aldo Graziani
coincide: “Nada más alejado de la verdad el mito de que la mujer sólo toma vino
blanco. La mujer hoy toma vino tinto, hace cursos, quiere saber, les gusta
hablar de vino y tiene paladar para poder elegir lo que les gusta tomar”.
Este año se realizó en Europa
un estudio que abarcó a 10.500 personas en cinco países. Y el 58 por ciento de
las mujeres aseguró que sabía más de vino que los hombres.
La periodista María Josefina
Cerutti acaba de publicar “Ni ebrias ni dormidas”, un libro donde recorre la
relación entre las mujeres y el vino desde la antigua Grecias, cuando las
mujeres bebían y disfrutaban a la par de los hombres “hasta que romanos
imperiales, judíos, musulmanes y cristianos, medievales, calvinistas,
victorianos y burgueses nos echaron de la fiesta”.
En el libro, Cerutti
escribe: “Estamos en la cocina hace más tiempo que los hombres. Nuestro sexo
tiene acumulados aromas de especias. Hay olores que nos quedan más en la
memoria Tenemos una sensibilidad especial”, dice y se pregunta “si tenemos un
cuerpo diferente, ¿cómo no vamos a sentir diferente?”.
Ana Amitrano, Gerente
Comercial de Bodega Familia Zuccardi, tampoco tiene dudas sobre el mejor olfato
de las mujeres y sobre cómo se modificó su participación en el mercado: “Hoy,
la actitud de las mujeres respecto al vino es de protagonismo y también de
curiosidad: eligen, deciden, opinan sobre vinos, y lo consumen.
Creo que por
cuestiones que nos son propias, las mujeres nos llevamos mejor con lo
sensorial. Y en ese sentido, el vino debe ser la más sensorial de las bebidas.
Hoy la mujer tiene una presencia notable en el mundo del vino, tanto a nivel
empresario como en lo que se refiere a la comunicación.
El aporte que las
mujeres le han hecho y le siguen haciendo a esta actividad es notable”.
Marina Beltrame fue una de
ellas.
Cuando el vino todavía era cosa de hombres, se animó a traer una palabra
aún desconocida, “sommelier”.
Era la Argentina de fines de los ‘90 y ella
llegaba desde Francia para convertirse en la primera maestra sommelier del
país.
Está convencida que todo le resultó mucho más fácil por ser mujer: “A la
gente le llama la atención, la mujer que toma una copa de vino despierta
interés.
Yo creo que siempre hubo participación directa con respecto al mercado
del vino, sólo que ahora es mucho más activa, ya no es invisible”.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Catas & Maridajes: Feria de Vinos de Fresco en el Aire
Catas & Maridajes: Feria de Vinos de Fresco en el Aire: Se viene la Primera Feria de Vinos Fresco en el Aire-Aldivino!!!! el Jueves 6 y viernes 7 de diciembre. En breve, estarán a la ...
lunes, 19 de noviembre de 2012
Gastronómico Diario: Feria en Tiempo de Sabores
Gastronómico Diario: Feria en Tiempo de Sabores: Se realiza una nueva edición de nuestra feria anual de vino, destilados y delicatessen los días 30 de noviembre y 1 de Diciembre de 18.00hs...
La visión de la vitivinicultura argentina de los jóvenes enólogos
Forman parte de la nueva generación que impulsa el vino argentino en el mundo. Ganan premios y son reconocidos por la prensa internacional por sus innovaciones.
La nueva generación de enólogos ronda los 30 años y comienza a incursionar en el mundo del vino, cuando éste pisaba fuerte en los mercados internacionales, hace 7 años.
Ellos son los que impulsan el nuevo estilo de los vinos argentinos. En la punta del iceberg se encuentran Marcelo Pelleritti, enólogo de bodega Monteviejo y Alejandro Vigil de Catena Zapata, siendo ellos los precursores de esta generación.
A estos, le siguen grandes hacedores como Ignacio López -Bodega Etchart-, Juan Pablo Michelini -Zorzal Wines-, Marcos Fernández -Finca Decero-, Matthieu Grassin -Alta Vista-, Germán Masera –Noemia-, Matías Riccitelli -Matías Riccitelli, Mr & Mr SA- y Sebastian Zuccardi (Familia Zuccardi).
La banda coincide en que el vino no es solo para expertos y proponen desmitificarlo.
Afirman que su reto es mostrarle al mundo que Argentina no es solo Malbec.
Se muestran asombrados y entusiastas por conquistar los nuevos paladares.
Aseguran que éstos son cada vez más exigentes y buscan en cada botella vivir experiencias nuevas.
Ignacio López trabaja en Bodega Etchart desde 1999.
Primero comenzó como operario, hasta que en el 2004 ocupó el cargo de enología.
En sus inicios hizo trabajos de remontajes y paleando orujo.
Según cuenta, “tuve que pagar el derecho de piso haciendo lo que nadie quería hacer”.
Fue en aquel momento cuando decidió convertirse en enólogo.
Antes de llegar a Cafayate pasó por Trivento y Zuccardi. Para López, el futuro de la vitivinicultura argentina pasa por el “over delivering” en todos los aspectos.
Asegura que el país está entregando mayor calidad de vino, de lo que los consumidores están acostumbrados a recibir.
Por otro lado, el acercamiento de Juan Pablo Michelini a la vitivinicultura, quien trabaja enZorzal Wines, fue 100% influencia familiar.
Primero fue su padre quien lo guió sabiamente y más tarde, su hermano Matías, quien desde chico lo acercó a las bodegas en las que trabajó.
Michelini realizó vendimias en California, Sonoma (St. Francis Winery & Vineyards), Francia, Pomerol (Chateau Le Bon Pasteur) y España, Ribera del Duero (Bodega Aalto). Antes de llegar al Zorzal pasó por Doña Paula, Finca El Recreo y El Esteco (Cafayate) y Wine Valley (Cavas de Millán).
En su opinión la clave de la vitivinicultura argentina está en respetar el terroir.
El destino de Marcos Fernández, de Finca Decero, surge como resultado de un secreto entre él y su padrino, quien le hacía probar pequeñas cantidades de vino a escondidas de sus padres.
La cantidad de soda fue disminuyendo con el pasar de los años.
“Hoy cada vez que tengo mucha sed, me preparo un buen sodeado, e inmediatamente recuerdo esos mágicos momentos junto a mi padrino”.
A su vez, el padre de Marcos trabajó en la industria como proveedor de insumos para las bodegas.
“Era muy divertido jugar entre lagares y piletas”, asegura Fernández.
Debido a su acercamiento al vino, decidió realizar sus estudios en el colegio técnico Liceo Agrícola y Enológico D.F. Sarmiento de la UNCuyo.
Al finalizar hizo las pasantías en Bodega y Viñedos Norton.
“En ese momento mi sueño era estudiar medicina, pero algo mágico sucedió y las prácticas que supuestamente eran de dos semanas y cuatro horas por día se convirtieron en dos meses y más de 12 horas por día de trabajo duro, pero muy gratificante y apasionado”.
Allí, conoció a su gran influencia, mentor y primer maestro en esta profesión, Jorge Riccitelli, con quien hizo dos vendimias.
Otra gran influencia fue Paul Hobbs con quien realizó cinco vendimias en California USA y una en Mendoza en Viña Cobos: años en los que estuvo en contacto con los mejores viñedos de Napa Valley, Russian River y Sonoma Coast.
Para Fernández la clave de la vitivinicultura argentina está en contar con una sustentabilidad a largo plazo.
“Ésta se dará en base a la comunicación con los consumidores, compradores y prensa nacional e internacional acerca de la diversidad que tiene Argentina, tanto en sub regiones, como climáticas y edafológicas de cada terroir y de varietales”.
En algún punto la historia de Marcos Fernández y Matthieu Grassin tienen un parecido.
Grassin trabaja como gerente de Producción y Enólogo en Bodega Alta Vista.
Nacido en el oeste de Francia, Valle del Loira, Angers, cuenta que su tío Maurice es fanático del vino y tiene una cava impresionante, pero solo los conocedores tenían permiso de acceder.
Así es como en su adolescencia, impulsado por su tío, tomó su primer vino, 90% agua y 10% vino.
A medida que pasaba el tiempo cambiaba la proporción.
Un día le dijo que el día que tomara 100% de vino podría bajar a su cava.
“Al conocerla finalmente, pude apreciar esos ejemplares y le prometí que un día pondría un vino mío allí”.
Con tan solo 16 años comenzó a realizar vendimias en bodegas cercanas.
Obtuvo un master en viticultura y enología en su país y vino a Mendoza para realizar su tesis.
“Han pasado 12 años y sigo acá.
Me enamoré de Mendoza y sus vinos”, confiesa Matthieu.
Según Grassin, el motor de crecimiento y la clave del éxito de la vitivinicultura argentina radica en la excelente relación calidad/precio de los vinos.
Por otra parte el Malbec permite producir vinos de calidad que se adaptan al gusto de la mayoría de los mercados.
Por otro lado, Germán Masera, habiendo pasado por Viña Cobos, Terrazas de Los Andes, Santa Carolina, hoy se encuentra trabajando como segundo enólogo en la tierra de los sueños, Bodega Noemia, Patagonia.
Allí asiste al enólogo principal y dueño del establecimiento, Hans Vinding Diers.
Su inclinación a la vitivinicultura se dio por su gusto por la naturaleza, aire libre y fenómenos naturales.
Masera considera que el éxito de Argentina radica en mantener y hacer crecer la calidad de los vinos, hablar en profundidad de nuestros terruños e ir adaptando nuestros estilos a las nuevas tendencias mundiales de los consumidores.
Matías Riccitelli, propietario de Matías Riccitelli – Mr & Mr SA y Winemaker de Fabre Montmayou, estuvo involucrado en el mundo de la enología desde chico.
No solo por su padre, Jorge Riccitelli, sino también por sus amigos.
Vivía en Cafayate donde todos allá trabajaban en las dos bodegas más importantes.
Antes de empezar a estudiar, a los 16 años, hizo vendimias junto a su padre en Norton.
“Allí aprendí que la enología no es para gente con miedo”, asegura Riccitelli.
Para él, el éxito de la vitivinicultura está en tratar de ser reconocidos no solo por ser los mejores productores de Malbec sino también por las innumerables variedades que tienen gran potencial enológico en estas tierras.
Y concluyó: “Es nuestro reto seguir involucrados en la industria, continuar investigando e innovando para dar a conocer el potencial de Argentina”.
Sebastián Zuccardi (Bodega Zuccardi), al igual que Riccitelli, tiene el sello familiar.
Comenzó en 1999 con su proyecto propio, Alma 4.
En ese entonces, Bodega Zuccardi no hacía espumantes.
Según cuenta, “en casa el vino se tomaba, se hablaba y se respiraba vino.
Es difícil elegir otro camino cuando uno ve la pasión y el compromiso que esto genera”.
Sostiene que Argentina tiene historia y raíces propias, otorgándole un plus diferente al resto de los países del nuevo mundo.
“Es nuestro desafío trabajar pararesaltar nuestra identidad, pensando más en el terroir que en las variedades”, concluyó Zuccardi.
Fuente: WineSur.com
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