En la Argentina son cada vez más las que egresan de escuelas
de sommeliers y trabajan en bodegas.
POR MARIANA GARCÍA . Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Afirman-mujeres-
mejor-paladar-hombres_0_815318541.html
“Uvita,
Uvita ... ta ... tata ... ta”, cantaba Susana Traverso cuando el televisor se
veía en blanco y negro.
La mujer, entonces, se ocupaba de comprar el vino para
la casa y con las amigas, como mucho un licorcito.
Los años trajeron color,
control remoto y una botella de buen tinto en la mesa de las chicas que un buen
día empezaron a reclamarle al mozo su derecho a la carta de vinos.
Y fueron por
más: hoy están dispuestas a arrebatarle a los hombres el título de conocedores
exclusivos de cepas y bodegas.
El concurso Mejor Sommelier
de la Argentina lleva cinco ediciones.
Las ganadoras siempre fueron mujeres e
incluso, la última, Agustina de Alba, se llevó el título en dos oportunidades.
De las tres escuelas de
sommeliers que existen en Buenos Aires, dos están dirigidas por mujeres y en la
Escuela Argentina de Sommeliers –creada por Marina Beltrame, una pionera en
cuestión de copas– la mitad de las egresadas son mujeres.
“Hoy las mujeres están
metidas en el negocio del vino. Hay más oferta de vinos con nombre de mujer
porque están hechos por mujeres”, asegura Ana María Rodríguez Compta, del
Centro de Enólogos de Buenos Aires.
Y señala que la mayor participación
femenina en el negocio del vino tiene explicación: “No es casualidad, hay
cierta sensibilidad que fuimos desarrollando, pero además, la mujer es más
atrevida, no tiene prejuicios.
En un restaurante a un hombre le da vergüenza
devolver una botella porque no le gustó el corcho.
A la mujer no, y además,
sino la termina, pide que se la tapen y se la lleva”.
El sommelier Aldo Graziani
coincide: “Nada más alejado de la verdad el mito de que la mujer sólo toma vino
blanco. La mujer hoy toma vino tinto, hace cursos, quiere saber, les gusta
hablar de vino y tiene paladar para poder elegir lo que les gusta tomar”.
Este año se realizó en Europa
un estudio que abarcó a 10.500 personas en cinco países. Y el 58 por ciento de
las mujeres aseguró que sabía más de vino que los hombres.
La periodista María Josefina
Cerutti acaba de publicar “Ni ebrias ni dormidas”, un libro donde recorre la
relación entre las mujeres y el vino desde la antigua Grecias, cuando las
mujeres bebían y disfrutaban a la par de los hombres “hasta que romanos
imperiales, judíos, musulmanes y cristianos, medievales, calvinistas,
victorianos y burgueses nos echaron de la fiesta”.
En el libro, Cerutti
escribe: “Estamos en la cocina hace más tiempo que los hombres. Nuestro sexo
tiene acumulados aromas de especias. Hay olores que nos quedan más en la
memoria Tenemos una sensibilidad especial”, dice y se pregunta “si tenemos un
cuerpo diferente, ¿cómo no vamos a sentir diferente?”.
Ana Amitrano, Gerente
Comercial de Bodega Familia Zuccardi, tampoco tiene dudas sobre el mejor olfato
de las mujeres y sobre cómo se modificó su participación en el mercado: “Hoy,
la actitud de las mujeres respecto al vino es de protagonismo y también de
curiosidad: eligen, deciden, opinan sobre vinos, y lo consumen.
Creo que por
cuestiones que nos son propias, las mujeres nos llevamos mejor con lo
sensorial. Y en ese sentido, el vino debe ser la más sensorial de las bebidas.
Hoy la mujer tiene una presencia notable en el mundo del vino, tanto a nivel
empresario como en lo que se refiere a la comunicación.
El aporte que las
mujeres le han hecho y le siguen haciendo a esta actividad es notable”.
Marina Beltrame fue una de
ellas.
Cuando el vino todavía era cosa de hombres, se animó a traer una palabra
aún desconocida, “sommelier”.
Era la Argentina de fines de los ‘90 y ella
llegaba desde Francia para convertirse en la primera maestra sommelier del
país.
Está convencida que todo le resultó mucho más fácil por ser mujer: “A la
gente le llama la atención, la mujer que toma una copa de vino despierta
interés.
Yo creo que siempre hubo participación directa con respecto al mercado
del vino, sólo que ahora es mucho más activa, ya no es invisible”.
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